Columna de gestión emocional de la Dra. Elsa Martí Barceló en el periódico La Voz de la A-6
Los celos, encaucémoslos
¿Alguna vez te has etiquetado de persona celosa?
Mi experiencia como psicoterapeuta me lleva hablar de los celos por ser una de las etiquetas más populares en nuestras consultas.
Tomar la decisión de hacer terapia exige a la persona cumplir con un compromiso, ser sincero con uno mismo. No siempre es fácil reconocer, verbalizar o desvelar ante un extraño la forma en que nos hablamos, cómo nos etiquetamos o interpretamos a nosotros mismos ante situaciones vividas o en la interacción con aquellos que nos rodean.
Descubrir el poder que otorgan las etiquetas, que uno se pone a sí mismo, es lo que minimiza el dominio que estas ejercen, es lo que lleva a conocer su coste emocional: beneficio o perjuicio a la hora de conformar la autoestima o autoconcepto, lo que pensamos que somos y a lo mejor no siempre es.
La mayoría de las veces las personas viven el influjo de está emoción como algo negativo y peyorativo, una desacreditación a su marca personal. No ven el beneficio que les aporta el cultivar una actitud, obrar con recelo, para proteger aquello que la persona considera suyo.
Mi propuesta, para que nos sintamos mejor, es cambiar la forma de percibir y sentir esta emoción. Los celos son inherentes a las personas, forman parte de nuestra esfera emocional, como lo son otras emociones (tristeza, miedo, ira o vergüenza). Todos en algún momento experimentamos celos de que alguien nos arrebate aquello que consideramos nuestro: salud, intimidad, juventud, pareja, familia, amigos, trabajo o cualquier bien material.Sentir celos es algo innato en el reino animal, y no solo propio de las personas o de algunas, y no por el hecho de haber sentido celos alguna vez quiere ello decir que debamos etiquetarnos, o nos etiqueten, como “persona celosa”. Libremos al pensamiento de la utopía de estar libre de experimentar esta emoción.…
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