» La envidia es mil veces más terrible que el hambre, porque es hambre espiritual» Miguel de Unamuno (1864-1936) Filósofo y escritor español.
Tertulia de hoy jueves en el espacio de gestión emocional de Gente Ni Hao, Magazine de la tarde en Radio Internacional que dirige la periodista Rocio Hidalgo , y en el que colabora todos los jueves la Dra.Elsa Martí Barceló, médico de familia y psicoterapeuta , Directora de la Escuela De Liderazgo Emocional . Como invitada Mercedes Soriano Moreno-Luque, periodista , directora de Presscode Comunicación & RRPP.¿ Por qué se ha elegido este tema ? Dra. Elsa Martí
La envidia, tristeza ante el bien ajeno, es una emoción que no hace feliz a las personas que la sienten y la sufren. Es lo que hace pensar que » uno , nunca, es lo suficientemente bueno» y es lo que hace vivir en comparación constante con los demás.
Tras ella se esconde las carencias físicas y/o emocionales origen de sentimientos de inferioridad y resentimiento. Sin duda, la envidia es el mayor enemigo de la convivencia entre seres humanos.
Los envidiosos son personas difíciles a la hora de interactuar con los demás pues ni se gustan ni se quieren así mismos, su envidia , ante lo que el otro posee y ellos carecen, les hace vivir permanentemente en conflicto.
Entre las características de su perfil cabe destacar : las actuaciones impulsivas, fruto estás del componente narcisista e histrionico de su personalidad , y la dualidad de sentimientos, sienten admiración a la vez que odio por el sujeto objeto de la envidia.
Tan importante es saber reconocerla y expresarla como saber de dónde procede a la hora de trabajar con ella. Negar o rechazar la envidia produce desasosiego en el mundo interior.
En la génesis de la envidia es destacado el papel que juega la cultura familiar en que se nace. Si las personas significativas de los niños son ejemplos de conducta a la hora de valorar y disfrutar lo que poseen y tienen; si alimentan el espíritu solidario ante los triunfos ajenos y el agradecimiento ante lo que el otro les brinda , es difícil que los niños desarrollen envidia pues » no crecen» bajo la cultura de la comparación con el otro.
Reconocer ser envidioso es el primer paso para trabajar en dejar de serlo . Tomar conciencia de lo que uno siente es lo que permite asumir y trabajar carencias y debilidades , es lo que permite prevenir actuaciones y reacciones no deseables y es lo que nos permite ser compasivos ante las propias limitaciones.
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