Madrid Woman’s Week noviembre 3, 2016
«Potenciar el liderazgo del ego positivo es frenar el liderazgo del negativo»
Dra. Elsa Martí Barceló , medico de familia, especialista en Psicoterapia Psicoanalítica , Directora de ele, Escuela de Liderazgo Emocional
La utilización de la palabra “ego” en tono peyorativo ¡Me molesta! No es justo generalizar y hacer uso de esta palabra en términos negativos, ya que existe un ego positivo que incentiva a ser creativo, a emprender y a ser competitivo, que nos hace avanzar y progresar en nuestra profesión. Un ego que nos incentiva a ser y hacer, fortaleciendo nuestras capacidades y minimizando nuestras debilidades. Un ego deseoso de liderar un proyecto de vida con el que uno se sienta satisfecho ¿Por qué, entonces, somos tan poco agradecidos con esa voz protagonista de nuestro mundo interior que acude muchas veces en nuestra ayuda? Quizás la respuesta a ello se encuentre en el dominio que ejerce sobre nosotros un ego negativo, que vive en el miedo a desautorizar a los demás y a no obtener su aprobación.
Hablar del ego es hablar de nuestro Yo consciente, esa voz que emana de nuestra realidad interna y que se impone a través de los pensamientos.
Una voz que condiciona nuestra actitud a la hora de relacionarnos con el exterior, con el mundo que nos rodea y con las personas que habitan en él, y que se disocia a la hora de actuar con el fin de conseguir. Unas veces nos dice lo que desea y otras nos dice lo que es formalmente correcto.
¡No olvides! El ego es algo adquirido de nuestra cultura familiar y del entorno, crece y evoluciona en base a la experiencia y aprendizaje con los demás. Es la máscara a la medida que construyen los demás para ayudarnos a enfrentar la realidad externa. Un Yo social que puede estar o no estar en sintonía con nuestro Yo verdadero, nuestra esencia de ser y que es la causante de nuestra forma de sentir, sentimientos de felicidad e infelicidad. Una voz responsable de nuestras decisiones y comportamientos, ayuda o paraliza, a la hora de crear, imaginar y materializar.
Reconocer nuestro ego, descubrir quién somos de verdad, es lo que permite construir y fortalecer un liderazgo personal, elegir de forma efectiva quien deseamos ser, en función de nuestro proyecto de exigencias y no sobre lo que quieren los demás que seamos. Hacer un buen uso de nuestro Yo social, permite edificar un plan profesional que aporte bienestar y satisfacción.
Cultivar, entrenar la salida de un ego positivo es bueno para elegir y emprender con libertad nuestros deseos y motivaciones más internas, aquellos objetivos de vida que queremos alcanzar. Potenciar su liderazgo, maximizar esta voz cuando habla de forma positiva, y saber frenar su liderazgo, minimizar cuando lo hace de forma negativa, es una de las competencias más importantes del ser humano. Y ello solo se consigue aprendiendo habilidades en comunicación interior, entrenando una forma de hablar con uno mismo desde la libertad y no desde el miedo.
Si reconocer nuestro ego es importante, no menos importante es aprender a reconocer el ego contrario. Saber leer el ego del otro nos permite saber a qué nos enfrentamos, liberarnos del miedo a lo desconocido, anticipar reacciones para gestionar con eficacia nuestro comportamiento.
Recibir de forma adecuada el ego del otro implica desarrollar la capacidad de empatizar, aprender y practicar habilidades en comunicación que potencien la confianza de otros en nosotros.
Hay que tener presente que la lucha de egos es el gran problema del mundo en que vivimos. Afecta a las relaciones interpersonales, personales y profesionales.
Estar orgulloso de lo que uno es y ha conseguido es bueno, presumir de lo que uno tiene… poder, prestigio o riqueza es negativo, nos hace soberbios ante los ojos de los demás y nos aleja de ellos.
pluma Dra. Elsa Martí Barceló, médico de Familia y Psicoterapeuta en Consulta Medica Torrelodones
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