«Por qué SI QUE PUEDES sacar adelante tu proyecto de vida» con Pilar Rodríguez Barahona , Socia de la Escuela de Liderazgo Emocional ,Responsable de RR HH Enisa

Todos los humanos tenemos un futuro idóneo, quizás podríamos llamarlo idealizado, idílico, donde, además de satisfacer las necesidades básicas, como diría Maslow, conseguimos aquellos objetivos que un día nos dimos cuenta que era lo que queríamos ser, a donde llegar y donde sentiríamos el sabor del éxito.
Todos esos objetivos suelen estar relacionados y conforman un estado ideal en nuestra mente, que nos haría sentir plenos.

Si fuéramos más realistas, nos daríamos cuenta de que algunas veces esos objetivos no son de fácil cumplimiento, no se pueden conseguir en su totalidad, pero el simple acercamiento, la lucha por conseguiros, ayuda más de lo que creemos.

Generalmente, se quiere una familia, amigos, salud y capacidad económica. Son objetivos que, en nuestra sociedad, en el contexto en el que nos movemos, podríamos llamarlos básicos.

La memoria humana es muy selectiva y lo que, normalmente, se nos viene a la cabeza, son sobre todo los recuerdos negativos. ¿Por qué ocurre eso?

En la vida, la mayoría del tiempo, estamos en na situación de, podríamos llamarlo “confort”. El cerebro se acostumbra a esos momentos y no percibe nada extraordinario. Sin embargo, una mala noticia, experiencia, trauma, nos deja una huella muy difícil de borrar. Neurológicamente, está demostrado que, para aplacar el estado que nos deja esa huella, se necesitan tres hechos, experiencias, realidades satisfactorias para que podamos superar la primera.

El problema viene cuando disfrutamos momentos de felicidad. En ese momento, estamos tan felices, que no somos tan conscientes como deberíamos serlo para darlos cuenta del valor que tienen. En nuestra sociedad, la calidad de vida es muy distinta a otros países o continentes, tenemos medios para salvar vidas que en otras zonas del planeta son insospechadas e inalcanzables. Sirva esto como ejemplo.

Pero aquellos proyectos de vida de los que he hablado al principio del artículo, al cumplirse, suponen momentos de alegría, cuando a veces justificamos que lo hemos conseguido porque era lo lógico. Pero ¿Era lógico que ocurriera?, a veces sí y a veces no. Por eso el cerebro trata de acostumbrarse a lo bueno, a la zona de confort.

Cuando un objetivo importante de tu vida se no cumple, no significa que no tengamos “derecho” a conseguirlo, sino que hemos encontrado obstáculos en el camino o, simplemente, necesitábamos un empujón más. Pero cada hito que vamos consiguiendo en el camino de nuestra vida, no debe tomarse como un derecho, sino como un estado de felicidad hacia el camino que tenemos que recorrer y ser conscientes de ello.

La alegría dura un momento, un tiempo, pero la tristeza tiene la sombra más larga.

Cada meta que nos pongamos tiene sus obstáculos, necesita sus recursos y tenemos que ser conscientes de si es un objetivo real o más bien una ilusión inalcanzable. Sólo tu puedes reflexionar y ser consciente de ello. Una caída en ese camino, tiene que actuar como palanca que sirva para darte impulso.

Por muchas caídas que tengas. ¿No crees que en el trayecto, cuando ibas hacia ese objetivo, estabas disfrutando del acercamiento a la meta?

Recuerda, la vida está hecha de momentos y hay que sacar provecho de todos ellos. De los malos, para aprender a empezar desde cero con la experiencia. De los buenos, porque como he dicho nos parecen pocos, aunque hay más de los que nos damos cuenta y nos proporcionan felicidad.

Si tienes tu proyecto de vida, busca tus recursos, ponle esfuerzo y disfruta cada paso que das, eso te dará fuerzas y serás consciente de que tienes más momentos o estados en los que deberías sentirte feliz.

Ve a por ello!