¡Qué fácil es enamorarse y qué difícil es la ruptura! La periodista Roció Hidalgo, la Abogada Margarita Santana y la Dra. Elsa Martí han hablado sobre ello, esta tarde en la sección de Gestión Emocional de Gente Ni Hao, Magazine de la tarde en Radio Internacional.
No hay duda alguna de la conveniencia de romper, una relación entre personas, de forma consensuada, sin rencor. Es la actitud correcta que todos deberíamos tener por el bien nuestro y por las demás personas implicadas, pero no siempre es fácil.
Ante la pregunta de ¿Por qué hacerlo así, sin hostilidades? Tiene una respuesta sencilla “los vínculos de las personas que han sido significativas nunca terminan, se transforman”.
¿Por qué una decisión que afecta de forma directa a dos personas es compartida con el abogado y con el médico de familia y/o con el médico experto en el tratamiento de la psiquis? ¿Qué papel juegan abogado y médico en la ruptura de pareja?
Romper un vínculo, soltar amarras, no es fácil cuando el amor de pareja llega a su fin y se rompe. La mente de los implicados se altera y sufre. El rol de víctima y agresor entran en juego, las emociones ante la ruptura del vínculo se desatan. La mente racional, ante la incapacidad de pensar, cede la palabra a la mente emocional, y siente; la forma de sentir secuestra la lógica de pensamiento para actuar bajo el influjo de la emoción.
En esta situación es normal y habitual que la pareja busque apoyo y consejo en la figura de un abogado que medie y diga el cómo hacerlo y de un medico que ayude a enfrentar y gestionar lo que uno siente.
“Medico y Abogado son una pareja necesaria en todos los procesos de ruptura”, según refiere la abogada Margarita Santana.
En opinión de la Dra. Elsa Martí “El rol del abogado es manejar la mente racional de los implicados con el fin de ayudarles a actuar bajo la lógica del pensamiento en un marco legal, mientras que el rol del médico es ayudar a gestionar las emociones y sentimientos que la ruptura conlleva, mediante el aprendizaje de habilidades que permitan aplicar de forma correcta la emoción asociada a cada situación. ¡No olvidar! Que las decisiones son productos de nuestras emociones”.
La frase tan conocida por todos «Del amor al odio sólo hay un paso» se hace realidad en décimas de segundo. Pero, ante la expresión de esta frase, lo que no hay que omitir acompañando a estas palabras, es que el odio no beneficia, el odio es un problema más grande para quien lo siente que para quien lo recibe. “Encontrar un camino para gestionar el odio es la prioridad para no perjudicar, ni a uno mismo ni aquellos que nos rodean” en opinión de la Dra. Martí.
Aprender a recolocar al otro en nuestra cabeza pasa por encontrar un nuevo lugar en nuestro corazón para la persona en cuestión , no por “quién es” sino por “quien ha sido”; significa recordar en que “no todo fue malo” y “que algo bueno existió»; Es hacer de la ruptura una ingeniosa despedida ; Es comprender ,aunque la relación de amor no existe ya, que el vínculo no se borra porque no muere. Esto es fácil de realizar si , en la memoria de recuerdo de los implicados, existen momentos felices para recordar, si ello no sucede y lo único que se recuerda son situaciones de maltrato físico y psicológico, es imposible de realizar.
El conseguir qué este vínculo, una vez roto, sea lo mejor posible representa una obligación de cara a los hijos así como también una honda necesidad para las personas implicadas en ello. Una situación de ruptura siempre trae mucha confusión y muchos pensamientos ¿Esto me beneficia? ¿Qué necesito? Pensamientos que gobiernan la forma de actuar y sentir. Emociones como la tristeza, rabia, vergüenza y por qué no, de sentimientos de culpa y abandono, que luchan entre sí esperando a que una decisión se configure.
Si deshacer una pareja es conflictivo, deshacer una familia es mucho más, implica gestionar una pérdida difícil de asumir. Sentir enfado por ello es inevitable, y su expresión algo natural, pero hay que estar atento en no hacer de ello un hábito a cultivar. Hay que aceptar lo que ha pasado, sin enjuiciar ni enjuiciarse. Abandonar el por qué es lo que centra a la persona en conseguir y perseverar.
Aceptar y entrar en nuestro dolor es la actitud correcta a desarrollar. Es lógico sentir dolor, cuando se ha puesto muchas expectativas en la relación o nuestra vida ha girado en torno a ella. Cegarse en tener razón conduce a exaltar la rivalidad del otro y esto es algo que no favorece en este proceso. Reconocer las emociones del otro, ponerse en su lugar, es la única forma de superar esta situación. Nuestra forma de sentir va unido a la forma en que percibimos, aprender que no existe una realidad en sí misma, solo diferentes maneras de observar, nos salva muchas veces de estar aferrados a una única interpretación y de que estamos en poder de la verdad.
Seamos inteligentes busquemos un estado anímico apacible que nos ayude a saber que hemos aprendido y ganado con esta experiencia. No veamos víctimas, veamos personas que reaccionan ante lo que les hacen. Abandonar la posición de víctima, implica relevar al otro del rol de verdugo, es el camino para escucha con intención de comprender. ¡Ojo! Comprender no significa compartir y estar de acuerdo, es intentar entender el por qué de sus decisiones.
Cuando la pérdida de la pareja se hace realidad, la mayor parte de las veces se piensa que la capacidad de amar se escapa con ella. No confundir perder la pareja con perder la capacidad de amar es importante. Hay una frase del libro de Platero y yo que dice » el tiempo es el médico de los pobres» yo, en este caso, lo aplico al amor » el tiempo es el médico del desamor”. El transcurrir del tiempo es lo que ayuda, a recuperar la capacidad de disfrutar de las pequeñas cosas, y asumir la pérdida de aquellas situaciones que se perdieron para siempre, entre otras, la familia que teníamos.
El duelo ante la pérdida, tiene fecha de caducidad, no dura toda la vida. El paso por él, si se gestiona de forma adecuada, ayuda a crear un nuevo sistema de familia donde sus miembros se relacionen desde una distancia con cercanía.
Transitar por el dolor, nos da la oportunidad de ver lo que uno es capaz de hacer. Crecer con él , y hacer de él un motivo de esperanza, es lo que genera de nuevo volver a disfrutar en la persona. ¡En ti, esta la decisión!
Para escuchar tertulia, pincha el enlace
En la foto inferior , de izquierda a derecha, Rocio Hidalgo, Margarita Santana y Elsa Martí
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