» Profesores ¿ aliados o adversarios en la educación de nuestros hijos? Con Leticia Martín – Calderín licenciada en educación física, entrenadora nacional de voleibol y de musculación

Una tertulia dedicada al rol de padres y maestros en la educación de los menores ,  » Profesores ¿ aliados o adversarios en la educación de nuestros hijos?,  ha sido la protagonista , este viernes  20 de mayo, del espacio de Gestión Emocional en Gente Ni Hao, Magazine de tarde de Radio Internacional. Con  Leticia Martin- Calderín licenciada en educación física, entrenadora nacional de voleibol y de musculación;  Rocio Hidalgo, periodista de Radio Internacional , y la Dra.  Elsa Martí Barceló ,médico de familia y psicoterapeuta de Consulta Médica Torrelodones y directora de ele, Escuela de Liderazgo Emocional.

Hablar de educación y formación nos hace reflexionar sobre el binomio constituido por padres y profesores. Nos hace tomar conciencia de cuán importante es la relación que existe entre ellos y cómo, en el caso de acuerdo o desacuerdo, puede afectar a la educación de jóvenes y niños por cuanto de lo que se trata es de conseguir una educación integral del menor y es este, y no otro, el proyecto en común a desarrollar. 

La popularidad y equilibrio de este binomio depende en gran parte de un hecho, y es que todos, a la hora de hablar, hablen el mismo idioma y a la hora de actuar, tengan capacidad para compartir poder e influencia en lo que al niño se refiere. La salud mental de este relación de dos, en un escenario de tres junto al alumno, está condicionada por las buenas o malas actitudes de sus protagonistas.

Pero ¿Existe, en la actualidad, un desempoderamiento real y objetivo del profesor frente al alumno? La culpa de la pérdida de autoridad e influencia sobre el alumno ¿reside en los padres? 

La respuesta de gran parte del profesorado a estas preguntas es afirmativa. Sienten que la figura del profesor ha perdido autoridad frente al alumno y que su rol, como docente y formador, es cuestionado con facilidad por parte de padres de alumnos.

Hacen referencia al hecho de que años atrás el menor, a la hora de acudir a los padres y presentar queja de su profesor, era desposeído de la razón. En el momento actual, los profesores sienten que la culpa se desplaza de manos y que son ellos los desposeídos de la verdad ante el sobre proteccionismo de los padres hacia sus hijos y, porque no, hacia ellos mismos. Admitir que los hijos son culpables de ciertas conductas hace que los padres tengan que asumir la culpa en su mala educación.¿Qué pasaría si los profesores cuestionaran los comportamientos de los niños en base a la educación recibida en la cultura familiar? Pues que no sería de agrado por parte de los padres. 

 A su vez, los padres critican, y hacen responsables a los maestros, de la falta de capacidad por parte del niño a la hora de organizarse para realizar tareas en función del tiempo del que dispone. Les preocupa que no tengan tiempo libre de ocio para dedicar a otras actividades. Les agobia llegar de trabajar y tener que ponerse con los deberes del niño. Les disgusta que el niño traiga quejas y objeciones del colegio, les duele que su hijo no tenga notas más brillantes , incluso les molesta el que su niño no sea seleccionado para el partido de voleibol del sábado.

Está claro y meridiano que la falta de sintonía entre padres y profesores es un problema frecuente en nuestro actual sistema educativo. Su manera de percibir, les impide ser capaz de ver la necesidad que tienen los unos de los otros y como los menores necesitan la figura de ambos. Tenemos que ser conscientes de que la unión, y no el enfrentamiento, es lo que da fuerza y beneficio a la educación de nuestros pequeños. 

Son necesarios maestros con autoridad y cercanía , abiertos a explicar sus métodos pedagógicos como forma de implicar a padres de sus alumnos, motivadores a través del cariño la ilusión y entusiasmo. Necesitamos padres dispuestos a empoderar la labor docente, que valoren los contenidos de las objeciones desde la objetividad y el respeto y que no proyecten sus necesidades y deseos incumplidos en la figura de su hijo.

Si lo ideal es que padres y profesores se complementen, sumen y no resten, sean aliados y no adversarios ¿Por qué entonces el rol de ambos es tan diferente e incluso irreconciliable en algunas situaciones? Fácilde contestar, porque el rol que exhibe uno y otro en múltiples situaciones, no entiende de necesidades ni beneficios del niño, solo piensa en imponer su autoridad y proteger su reputación en el rol de ser un buen padre o profesor. » Soy su padre y sé lo que es bueno para mi hijo” “Soy su profesor y digo lo que le conviene a su hijo».  

Es un error por parte del profesor adoptar una actitud manejada por la creencia de que se puede educar sin entrar en contacto con los padres del alumno así como es craso error tomar partido de forma ciega e incondicional los padres por los hijos y descalificar la labor de los profesores a la hora de explicar de forma razonada cuales son los motivos para estar en desacuerdo. No debemos olvidar que los profesores son aliados y los padres cómplices en la educación y formación de los niños.  

Para aumentar el grado de sintonía en esta relación se necesita que los padres detecten la buena intención por parte del profesorado en sus hijos; un interés autentico y no fingido, en donde no sólo se valore al niño por su inteligencia y capacidades sino también por su forma de ser y sentir, los padres piden que los profesores establezcan no sólo un vínculo intelectual sino también un vinculo emocional. Así como se necesita que los padres estén abiertos a valorar la perspectiva ajena como una crítica constructiva del comportamiento que permita compartir y asumir la responsabilidad en la toma decisiones en cuanto a la educación se refiere.

El rol de padres y profesores deben ser complementario y no exclusivo. Un papel, respetuoso y tolerante en su forma de hacer, que no compita por quién tiene la razón a la hora de educar sino al contrario que comparta visiones distintas y enriquecedoras sobre la forma de actuar de los niños.  

Una actitud positiva por parte de los padres es la que respeta el trabajo y la autoridad moral del profesor frente a sus hijos. Una actitud positiva por parte de los profesores es la que ve en la figura de los padres un complice y no un adversario, es la que comunica lo bueno y lo malo sin acritud con intención de compartir y no de criticar.
Una educación solidaria que trabaja en pro de una suma de roles en beneficio de nuestros menores, un rol que combina individualización y sobreprotección junto a un rol que abandera la socialización y el respeto a los demás es lo que refuerza un sistema educativo en positivo.



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En la foto inferior , de izquierda a derecha , Rocio Hidalgo, Leticia Martín-Calderín  y Elsa Marti