Hoy , en el espacio de gestión emocional de Gente Ni Hao en Radio Internacional, hemos abordado un tema relevante en la relación de pareja » No hay deseo, no me quiere» . Junto a Rocio Hidalgo, directora del Magazine, la Dra. Elsa Martí , médico de familia y psicoterapeuta y el Dr. José Carlos Martín, Jefe de Urología del hospital Universitario El Escorial y urólogo de Consuta Medica Torrelodones
Sentimientos y sexualidad , dos elementos a los que les toca bailar lento y agarrado en un baile donde cada uno es parte del otro. La sexualidad desempeña un papel importante en la vida de pareja…. No es solo un encuentro físico entre dos cuerpos, es mucho mas, es un encuentro entre dos personas con mente y corazón, con pensamientos y emociones, donde la comunicación juega un papel importante.
La relación sexual es satisfactoria cuando aporta 3 tipos de placeres: el placer físico, el psicológico y el espiritual. La sexualidad es un intercambio de sentimientos, emociones y pasiones con expresión física en el cuerpo del otro.
Hablar de sexualidad nos da cierto pudor, es hablar de lo íntimo y personal. Nos evoca una emoción, la vergüenza, que nos impide vivir de forma plena y saludable nuestra dimensión sexual. La culpa de este silencio, la mayor parte de veces, se halla en la forma en que hemos sido educados, una educación restrictiva que asigna el valor de hablar de lo íntimo con algo vergonzoso y donde la prudencia se manifiesta al no hablar de ello. Este sentir se da con más frecuencia en hombres que mujeres.
Hablar de sexo es hablar de una realidad de la que no podemos huir pues reside la esencia del ser humano como seres sexuales que somos. Es el mundo interior, el lugar elegido por el ser humano para desnudarse en cuerpo y alma de todo aquello que le produce conflicto, un espacio íntimo donde se enfrenta y se acepta el cómo somos…Es importante que uno aprenda hablar sin prejuicios de su sexualidad, si no lo hace, es imposible que su pareja conozca qué deseos y necesidades necesita satisfacer.
¿Por qué cuesta tanto decir lo que pensamos y sentimos a la hora de dialogar sobre nuestra sexualidad? ¡Fácil! Hablar de inquietudes sexuales nos duele, nos induce a pensar en falta de amor como primera posibilidad, asignándonos un sentimiento de culpa o de abandono.
Si nuestra pareja está en una época en la que no le apetece tener sexo, lo primero que tendemos a pensar es que el deseo o sentimiento de amor ha desaparecido.
La mayor parte de las veces somos incapaces de leer lo que siente el otro y por qué, estamos tan afectados por su falta de deseo y desinterés que nos impide reflexionar sobre qué otras causas puede esconder la falta de deseo, como es, una depresión, estados de ansiedad, disfunción eréctil o menopausia en las mujeres…
No obstante, entendemos la lógica de la mente humana al relacionar ¡no deseo, no me quiere!, y el hecho de que sin querer este pensamiento se adueñe de la relación de pareja.
Cuando la persona pierde deseo, la relación de pareja se resiente, y está suele experimentar vergüenza, humillación y culpa. La mayor parte de las veces estas emociones se transforman en barreras que impiden conversar con la pareja sobre el problema. La persona que está viviendo la falta de deseo se bloquea emocional y físicamente por temor a fallar, lo que perjudica aún más la relación, mientras que el otro intenta razonar por qué no tiene deseo. La ansiedad por el desempeño se agrava y la persona puede caer en estados de ansiedad y depresión y terminar sintiendo desinterés por cualquier tipo de actividad sexual.
El impacto en la relación es grande, se pierde intimidad, cercanía y se desconfía de la pareja, la persona puede creer que su pareja ha perdido interés en él / ella, se percibe menos atractivo, su autoestima baja y termina sintiendo un sentimiento de rechazo y abandono. Es un momento delicado, uno puede pensar que su pareja le está siendo infiel y necesita reafirmarse. Esta situación genera complicadas situaciones donde terceras personas pueden aparecer.
La comunicación de éxito en un mundo de dos es hablar con libertad de necesidades, de lo que gusta o disgusta así como expresar lo que necesita cada uno para sentirse seguro en la relación. . Un ejemplo de ello, es hablar de cómo afecta la disfunción eréctil a nuestra pareja o cómo la menopausia va unida a la falta de deseo por parte de la mujer.
Vivir una sexualidad desde la libertad y responsabilidad, significa respetar los principios y ritmos de la pareja así como hablar abiertamente sobre lo que uno necesita.
La actividad sexual más plena se da cuando se construye un vínculo afectivo basado en un diálogo asertivo y sincero.
Preguntas realizadas en la tertulia…
“No hay deseo, no me quiere» ¿Un pensamiento frecuente o infrecuente en el mundo de la pareja?
¿Por qué la vergüenza nos impide vivir de forma plena y saludable nuestra dimensión sexual?
¿Por qué cuesta decir, lo que pensamos y sentimos a la hora de dialogar con nuestra pareja sobre el cómo queremos vivir nuestra sexualidad?
¿A quién le cuesta más hablar de falta de deseo al hombre o a la mujer?
La falta de deseo ¿Puede hacer equivocar nuestros sentimientos frente a la pareja?
La falta de deseo ¿Puede provocar la entrada de una tercera persona en la relación?
¿Cómo se siente el hombre ante la disfunción eréctil?
¿Cómo vive la falta de deseo la mujer menopausica?
¿Cómo influye la depresión en la falta de deseo?
Para escuchar la tertulia, pinche el enlace
En la foto inferior, de izquierda a derecha, Rocio Hidalgo, José Carlos Martín y Elsa Martí