“Ser perseverante es ser leal, y no un traidor, a nuestro proyecto de vida” con  Javier Alvear Pérez-Castells, Director en EAGLECAM – Fotografía y Vídeo aéreo con helicópteros RPAS

Un ejemplo de perseverancia en el espacio de gestión emocional de Gente Ni Hao en Radio Internacional … Javier Alvear Pérez-Castells, Director en EAGLECAM – Fotografía y Vídeo aéreo con helicópteros RPAS con Rocio Hidalgo , directora del magazine de tarde y la Dra. Elsa Martí , colaboradora del espacio de gestión emocional y Directora de ele, Escuela de Liderazgo Emocional.

La perseverancia es un valor importante de adquirir en nuestra escala de valores. Es lo que permite a la persona ser constante a la hora de ejecutar y liderar su proyecto de vida y es lo que refuerza el comportamiento de no rendirse, frente a nada ni ante nadie, a la hora de conseguir nuestros deseos o motivaciones mas internas.
Ser perseverante es asumir qué tan importante es conseguir nuestro deseo como disfrutar del camino que nos lleve a conseguirlo.
La actitud perseverante es la clave del éxito en la mayoría de los emprendimientos, bien sea en el mundo familiar, social o profesional; y su educación es lo que distingue, y da estabilidad emocional, a las personas de carácter emprendedor.
El perseverante visualiza la meta con claridad, se pregunta el esfuerzo y la dedicación que ello le va a suponer y si está o no dispuesto para ello. Sabe que el camino no es fácil, está sembrado de incertidumbres y es consciente de ello, pero sabe reorientar y dirigir su mirada a las oportunidades que se le presentan.
El perseverante, a diferencia del que no lo es, no abandona, lucha contra viento y marea por conseguir, pero también tiene el sentido de la responsabilidad muy agudizado.
 Hay situaciones en que perseverar puede ser un proceso que desgaste a nivel emocional, frustración e insatisfacción, y donde no se justifique el esfuerzo que requiere. Tan importante es saber cuándo perseverar como saber cuándo abandonar y retirarse. 

“Para la persona perseverante siempre hay un mañana donde conseguir…” La buena filosofía de vida es no dejar de intentar hacer las cosas pero tampoco perseverar a base de terquedad. Nuestro orgullo, en algunas ocasiones, nos impide ser justos y honestos con nosotros mismos y reconocer que henos elegido un propósito equivocado.
Educarnos en ser perseverantes es hablar de dos palabras, autoreflexión y estrategia.
Reflexión, en nuestro mundo interior, para definir nuestro propósito de forma detallada y ser un buen estratega a la hora de diseñar nuestra hoja de ruta para conseguir aquello que queremos alcanzar.

Al formular la estrategia tomamos perspectiva de la situación, nos planteamos si somos capaces, si estamos preparados, si estamos dispuestos para ello. 
“Solo seremos capaces de perseverar en algo, si creemos en que somos capaces de hacerlo”, es lo que llamo empoderarnos frente a la adversidad. Cuando surgen los problemas para conseguir nuestro propósito lo fácil es adoptar actitud de víctima y abandonar, no nos gusta enfrentarnos con la infravaloración o la pereza, en vez de asumir la responsabilidad que conlleva el conseguir llegar a nuestra meta.
Perseverar es una forma de enfrentar y vencer el miedo, compañero de viaje hasta nuestro destino, que nos induce a huir y nos priva de la oportunidad de saber lo que somos capaces de conseguir al recordarnos de forma constante que podemos fracasar.
Perseverar es lo que nos hace cambiar “Yo no puedo” por “Yo puedo, Yo triunfo y no fracaso”

Preguntas de la tertulia…

La perseverancia ¿ un valor que viene de fábrica o un valor añadido del esfuerzo personal?

¿ Cómo se siente la persona etiquetado como perseverante? 

¿ Qué nos aporta el ser perseverante?

Es importante ¿ Saber cuándo perseverar?

¿De qué manera afecta ser perseverante a nuestra toma de decisiones?

¿De qué manera mejoraría nuestra vida si somos perseverantes?

La palabra perseverar se confunde muchas veces con terquedad ¿ Qué diferencia existe?

¿ Cómo educarnos para ser perseverantes?

Para escuchar la entrevista, pincha el enlace…

En la foto inferior, de izquierda a derecha Rocio Hidalgo, Javier Alvear y Elsa Martí